Como padre seguramente tienes días en los que cuentas los minutos para que tus hijos vayan a la cama y  parece que lo máximo que puedes aspirar es a SOBREVIVIR. Sin embargo cuando se trata de tus hijos, aspiras a mucho más que una simple supervivencia, naturalmente quieres superar momentos difíciles que conlleva el ser padres, pero también sabes que tu objetivo principal es educarlo de tal modo que le permita PROGRESAR con la finalidad de que le vaya bien en la escuela, sea amable, feliz, educado, compasivo, etc.

En nuestros momentos más nobles, más tranquilos, más cuerdos, nos interesa cultivar la mente de nuestros hijos, aumentar su capacidad de maravillarse y ayudarlos a alcanzar su potencial en todas las facetas de la vida. Pero en los momentos de mayor frenesí, mayor estrés, esos en que estamos dispuestos a sobornar y dar aquello que desea  nuestro hijo para que deje de tener esa actitud indeseada, es donde realmente se dificulta el poder progresar.

¿Detente un instante a preguntarte que deseas de verdad para tu hijo? ¿Qué cualidades esperas que desarrolle para su vida adulta?

Piensa:

A lo largo del día ¿Con qué frecuencia caes de pronto en la cuenta de que no haces más que sobrevivir a un momento difícil con tus hijos? Piensa en los conflictos con sus hermanos, problemas de conducta, peleas por los deberes o por el tiempo que pasan ante la pantalla, faltas de respeto o en cualquier otra situación.

1-2 veces al día                           3-5 veces al día                         más de 5 veces al día

Ahora piensa en  esos momentos concretos de supervivencia.

 Muchos padres suelen responder a estas situaciones desafiantes centrándose sobre todo en la supervivencia a corto plazo, que no es más que dar una solución instantánea poco efectiva cargada generalmente de cólera.

Analiza:

¿Cuáles son tus técnicas de supervivencia más habituales? ¿Gritas? ¿Separas? ¿Ofreces algún tipo de incentivo si la conducta cambia? ¿Los amenazas? ¿Les recuerdas las consecuencias de sus actos?

Haz una lista de las técnicas de supervivencia a las que sueles recurrir:

Como padres debemos comprender que los momentos de supervivencia también son oportunidades para ayudar a los niños a progresar. Podemos aprovechar estas situaciones difíciles que se nos presentan y emplearlas para enseñar a nuestros las valiosas lecciones sobre el amor, el respeto, la empatía, el perdón y otras cosas que queremos que aprendan. Puedes emplear todas las interacciones que compartes tanto las enfurecedoras y estresantes como las valiosas, adorables y milagrosas como oportunidad para desarrollar su potencial.

Piensa:

Ahora dedica unos minutos a pensar en un momento concreto de los últimos días en que algo no fue tan bien entre tú y tu hijo. Imagínate a ti mismo en ese momento, representante a ti  y representa a tu hijo.

A continuación analiza y escribe:

  1. Como te comportaste y como reaccionaste en esa situación (Imagina que eres una cámara que grabo lo sucedido) y explica tu experiencia.

Ahora Aplica a la situación el modelo “SOBREVIVIR Y PROGRESAR”.

Cuando analizas tu reacción pregúntate lo siguiente: ¿Hasta qué punto te limitaste a intentar sobrevivir a lo que iba mal en ese momento, fuera lo que fuera? ¿Hasta qué punto tus acciones te permitieron ayudar a tu hijo a progresar y aprender una lección importante aplicable al futuro? Recuerda que los dos objetivos son importantes no tiene nada de malo sobrevivir al momento. La cuestión aquí es en qué medida también prestaste atención al desarrollo de las aptitudes a largo plazo de tu hijo y lo ayudaste a crecer y aprender a partir de dicha experiencia.

Escribe y analiza sobre ello.

Referencia: SIEGEL, DANIEL J., Bryson , TINA PAYNE. y , . (2013). El cerebro del niño. (26a ed.). ESPAÑA: ALBA EDITORIAL.