La violencia emocional   no es tan obvia  como los golpes físicos, con frecuencia  es tan sutil  que pasa desapercibida  durante  largo tiempo, se caracteriza  por un clima o patrón  de comportamiento sostenido  y repetitivo, puede ser intencional o inconsciente, pero siempre es una secuencia  de conductas ofensivas, el efecto de estas conductas es más duradero  que las heridas físicas  porque, a través de un  proceso  de degradación sistemática, erosiona la autoestima  de quien la sufre.

El agresor en la pareja  necesita a alguien a quien rebajar, busca con esto elevar  su autoestima  y adquirir el poder, en el fondo su autoestima es bajísima y tiene una gran sensación de impotencia.

Quien utiliza este tipo de agresión no acepta la responsabilidad, mide los resultados  de sus acciones perversas, invierte los papeles  y culpa al otro  que tendrá que cargar  con la responsabilidad  completamente, luego se aprovecha de la culpabilidad de su víctima  para descalificarla.

Se burla  ante cualquier protesta  y minimiza, utiliza frases como  “te ahogas en un vaso de agua” “ya vas a empezar con tu drama” ”no vallas hacer una escenita” , ridiculiza cualquier emoción  que el otro exprese  y está convencido  que él siempre tiene la razón. 

Cuando en la pareja una de las partes es descalificador  este parece tener la necesidad  imperante de invalidar de antemano, o rechazar al otro a veces aun antes de escucharlo, se siente poderoso  cada vez que descalifica  a su pareja.

Para la parte descalificadora nada de lo que el otro haga  es suficientemente bueno, para él  no hay ideas respetables  que no sean las suyas, busca siempre lo defectuoso  para señalarlo y si no lo encuentra lo inventa.

Después de una agresión, el abusador  trata de reducir  el tamaño de su abuso  diciéndole a su pareja  que es demasiado sensible,  o que nada paso. La burla es una de las formas  de violencia más detestables e impunes,  una manera de destruir  que causa un daño tremendo  e inhibe  la comunicación  dentro de una relación de pareja. El que juega el papel de agresor en la pareja  se las arregla  para ridiculizar  todo lo que su víctima  dice o hace, al poner de manifiesto  sus defectos.